“¿Por qué cuesta tanto visibilizar al heteropatriarcado? ¿Por qué no se nombra?”. En el día Internacional contra la violencia hacia las mujeres, la autora propone trascender la efeméride y empezar a hablar de machismo y dejar de hablar de casos aislados.
25 de Noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. Un Día Internacional cómo muchos otros declarados, conmemorados y reivindicados a lo largo del año. Un Día Internacional desconocido para muchas gentes y un Día Internacional más que junto a otros añaden en sus agendas muchas personas, algunas organizaciones y también instituciones.
El día en el que los medios de comunicación, las redes sociales, las instituciones, las paradas de autobús, los paneles del metro, las fachadas de edificios públicos recuerdan que estamos en contra de la violencia machista, dicen ‘basta ya’ a los asesinatos machistas, a las agresiones sexuales sexistas, al maltrato que sufren las mujeres y también sus hijas e hijos.
Sin embargo, para la agenda feminista no es un Día Internacional más, es un día de los de guardar, es un día de reivindicación, un día de salir a la calle, un día en que la lucha de todos los días del año se ve de algún modo no sé si reconocida pero sí al menos visibilizada.
Nadie pone en duda que la violencia machista está mal, todo el mundo se sobrecoge con los asesinatos de mujeres, con las agresiones sexuales a mujeres, con los abusos a niñas, con el drama de la violencia sexual de las mujeres en el Congo, con el feminicidio en Ciudad Juárez, con las violaciones colectivas a mujeres en la India. Pero no tanta gente ve un nexo de unión entre estas realidades.
25 N y violencias machistas: salir del caso aislado en Diagonal