Ianire de la Calva, Begitu, 20/10/2020
Hace días una niña valenciana decía, al preguntarle qué tal la vuelta al curso escolar con la mascarilla, que “Es un poquito peor porque no puedes respirar del todo pero no pasa nada, es mejor eso que morirse”. A mucha gente le pareció una anécdota divertida, llena de humor y positividad. Yo creo que es trágico que los menores hayan naturalizado y asumido no poder jugar, ni tocarse o hayan normalizado hablar de muertos y contagiados por un virus letal no controlado y sin vacuna. Empiezan ya a investigarse las posibles consecuencias de la gestión del Covid-19 en la infancia pero seguro que no pasarán desapercibidas /i, ni para ellos, ni para nadie.
La herramienta de control que es el Miedo campa a sus anchas entre un sinfín de información sesgada y datos inconexos, pasando de cifras de muertos a cifras de positivos, sin rastro de número de asintomáticos /ii. Miedo, en última instancia, a la muerte. Mientras tanto, la nueva palabra favorita del panorama social y de medios de comunicación es “incertidumbre”. Y esto es curioso porque como dijo Séneca “nada es tan cierto como la muerte”; o “todo es incierto; sólo la muerte es cierta” que diría San Agustín. Ahora bien, y esto es clave, poco se habla de que no es lo mismo morir solo, negándote la asistencia médica y rodeada de desconocidos que al contrario. Y no sólo la salud física, la psicológica también está en jaque. La vulnerabilidad y la fragilidad de la vida se ha evidenciado, pero tras siete meses ya es momento, “de politizar esos malestares, y leerlos colectivamente identificando su estructuralidad” /iii.
Se trata la crisis del Covid-19 como una nueva crisis, repentina y arrolladora, pero en realidad, como dice Yayo Herrero es “una crisis superpuesta, una crisis sobre la crisis de 2008, que trae más precariedad sobre la precariedad” y que por tanto sigue afectando a la misma masa social, extremando su vulnerabilidad e intensificando las desigualdades. A diario escuchamos hablar de una vacuna como el Santo Grial pero ¿acaso creemos que esa vacuna va a ser accesible para todo el mundo? ¿Acaso la sanidad es un derecho universal real? En esta lucha sangrienta por su capitalización que estamos viendo a diario la respuesta es evidente.
Desde los Movimientos Sociales nos hemos cansado de hablar del trabajo colectivo y la cooperación y de pronto somos sujetos de un individualismo impuesto y feroz, un confinamiento nuclear y testigos de la creación de alternativas, creatividades y gestión de los cuidados desde un YO con recursos muy dispares según su clase social, raza y situación geopolítica. Todo ello, además, bajo un estado de vigilancia y control INÉDITO, que hemos asumido, alentados por un bien superior, pero también azuzados por el terror de un enfoque distorsionado de los MMC /iv. Por un lado se ha construido/pintado un escenario muy malo para que lo que solo es malo nos parezca regular y asumible; a saber; restricciones a la libertad individual, confinamiento(s) aceptados sin rechistar, estado policial autoritario, colapso sanitario, medidas gubernamentales racistas, clasistas /v, tardías e insuficientes, que frente a la posibilidad de morirte, no son tan malas. Es urgente asumir que estamos viviendo una crisis estructural del capital, una crisis social, de los cuidados y del ecosistema, además de una crisis sanitaria.
El Movimiento Feminista venía advirtiendo (e introduciendo en Agenda) la insostenibilidad de un sistema de Cuidados; invisible, gratuito/precarizado y feminizado que ha tenido que colapsar para quedar evidenciado. Si hay algo que esta pandemia ha demostrado es que los cuidados no son el centro, ni de lejos, de las políticas públicas -centradas en el capital y no en lo esencial- y que a su vez son ellos el pilar sobre el cual se sostiene todo. ¿Ahora qué hacemos? Es un momento en el que la autoorganización es fundamental pero las movilizaciones que se están llevando a cabo como la Huelga en la enseñanza, protestas en sanidad, cultura, etc son sistemáticamente ignoradas por los gobiernos, ciegos, que intentan salvar al capital sin las personas que lo sostienen, y toman decisiones tarde y mal en procesos no participativos.
Tenemos la urgencia de volver a traer a titulares y portadas lo conquistado (las problemáticas de la violencia machista, los desahucios, los asesinatos en el mediterráneo, el racismo institucional etc) que además se han intensificado con la Crisis del Covid-19 y tenemos también la oportunidad de dinamitar la lógica capitalista y evidenciar los límites del planeta, dirigiendo la inversión de reconstrucción post COVID a las necesidades sociales básicas que han quedado desmanteladas y no al modelo económico de autoritarismo neoliberal de la EU. Aceptemos el obligado margen de incertidumbre y demos un paso adelante, juntos, desde lo colectivo.
Notas
/i https://www.redaccionmedica.com/secciones/sanidad-hoy/coronavirus-ninos-distorsion-de-realidad-secuelas-covid-pediatra-3621#:~:text=Aumento%20de%20patolog%C3%ADas%20pedi%C3%A1tricas%2C%20distintas,tos%20ferina%20o%20la%20meningitis
/ii Con la misma carga viral y por tanto, potencialmente igual de contagiosos, pero sin contabilizar.
/iii Astrid Asenjo, conversatorio “Cuidados, pandemia y las costuras del sistema” jornadas “Estrategias Feministas para la Acción”.
/iv Medios Masivos de Comunicación.
/v https://www.nortes.me/2020/09/19/el-lunes-se-instauran-los-guetos-de-madrid/?fbclid=IwAR3VSgf7mpzfS3HuY5qmk40JuSN1R7UyJK4w6Fcnkciq4WPMDMbgM2mZVFM